No todas las convocatorias admiten propuestas rompedoras, pues esto conlleva en su definición un riesgo que es admitido solo por algunos programas europeos que encontramos localizados en el pilar I de ciencia excelente y pilar 3 Europa innovadora. El programa ERC y su versión en Innovación, el EIC, presentan un esquema bottom-up y exigen ideas o propuestas que conlleven cierto (aquí está la clave) riesgo, a cambio de ofrecer a la ciencia y a la sociedad, cierta ganancia en forma de conocimiento o competitividad.
En cambio, los retos globales del pilar 2 requieren de innovación para ir más allá del estado de arte. En estos proyectos colaborativos todo está dispuesto según el esquema top-down, desde los resultados al impacto que debe generarse a corto, medio y largo plazo, pero la forma de cómo llegar a ellos permanece abierta y es ahí donde la creatividad marcará la diferencia entre propuestas.
La base para una propuesta competitiva en retos globales es la excelencia científica, pero sin duda en estos últimos siete años de programa, el impacto ha venido marcando la diferencia entre las propuestas exitosas y las no financiadas y se espera que este hecho sea más acentuado aún en Horizon Europe. El impacto pues, será sin duda la revolución de HE y las organizaciones que desarrollan investigación (RPOs) deberán adaptar su estructura a las nuevas necesidades si quieren seguir siendo competitivas. Adquirirá relevancia en este contexto la creación de equipos y consorcios internacionales y multidisciplinares, así como contar con una estructura de gestión que trabaje con la anticipación necesaria para ofrecerse a sí misma y a la comunidad científica la formación que le permita entender las convocatorias y adquirir (o ser conscientes de) las nuevas capacidades que conlleva preparar una propuesta competitiva disruptiva o innovadora, pero en cualquier caso ganadora.
Como conclusión, en el marco actual, en el que hay muchas oportunidades y más financiación que nunca, también hay una competencia feroz, por lo que se requiere una estrategia quirúrgica para la que debemos saber exactamente qué buscamos, con qué recursos contamos (talento científico-técnico propio y capacitado, red de contactos y socios a nivel europeo y mundial) y cuál es la convocatoria óptima, preparando una propuesta que responda con precisión a todos los requerimientos de la misma.