Idealmente, ¿cuál debería ser el peso de los fondos públicos y privados en la financiación de un centro de investigación?
En mi opinión los centros de investigación deben tratar de encontrar un equilibrio entre la dependencia de la financiación pública por parte del gobierno regional, los fondos públicos competitivos y la financiación privada resultante de colaboración con el entorno industrial. No puedo precisar cuál es el peso ideal de cada uno de estos elementos en el presupuesto de un centro, ya que cada centro tiene un punto de equilibrio diferente. Sin embargo, me animo a proponer un equilibrio en tercios como una distribución adecuada que disminuye el riesgo y la dependencia del centro respecto a un solo tipo de financiación.
¿Cuáles son los pasos a seguir para identificar los inversores más adecuados para un centro? ¿Y cuáles son las claves para captar su interés?
La identificación de inversores está relacionada directamente con los proyectos que desarrolla el centro. En general, los inversores no invierten en grupos de tecnologías, sino que prefieren invertir en una empresa que desarrolla una tecnología específica, y más aún que desarrolla productos específicos. Para captar el interés de inversores es importante comenzar un proceso de relación con empresas en el sector tecnológico relevante para el centro, a través de actividades varias de difusión, clubes industriales, business advisory boards, y de ser posible un programa de aceleración interno de tecnologías dentro del centro que permita madurar las tecnologías a un nivel atractivo para inversores.
¿Podrías hacer alguna recomendación para negociar con éxito una propuesta y conseguir un acuerdo de colaboración con una empresa o inversor?
No hay una receta única, ni tampoco una recomendación que sea más importante que otra. Puedo destacar algunos temas de importancia en la negociación de acuerdos de colaboración con empresas o inversores: flexibilidad en los términos comerciales, comprensión de las necesidades de la industria o agilidad en la respuesta al inversor o empresa, sobre todo a nivel jurídico. Dicho esto, no es menos importante conocer bien el mercado objetivo del producto innovador, para poder diseñar el mejor acuerdo de colaboración maximizando las ganancias para el centro y, asimismo, tener una visión clara de cuáles son las condiciones comerciales mínimas por debajo de las cuales el acuerdo deja de ser rentable para el centro.
¿Consideras que el contexto actual va a favorecer que la colaboración entre el ámbito de la investigación y la empresa se incremente?
En algunos ámbitos, el contexto actual ya está favoreciendo la colaboración entre los centros de investigación y la empresa. La pandemia ha generado un sinfín de oportunidades de financiación pública desarrollada por la Comisión Europea y también por los gobiernos nacionales y regionales para impulsar la economía y apoyar el proceso de recuperación de las empresas. En el marco de estas oportunidades, se favorece la colaboración entre centros y empresas, y las ayudas económicas públicas hacen aún más atractiva para la empresa este tipo de colaboración. Asimismo, el desarrollo meteórico de la digitalización está motivando a las empresas a buscar activamente la colaboración con centros para desarrollar nuevas tecnologías digitales que complementen sus actividades y contribuyan a su crecimiento económico.
En el caso de un centro de investigación de reciente creación, ¿cómo debería ser su estrategia inicial para conseguir financiación privada?
Los centros de reciente creación tienen desafíos múltiples, por una parte, el desafío de ser auto- sostenibles, al igual que cualquier otro centro, y por otra parte captar recursos públicos que ya están destinados a otros centros más veteranos y de más largo recorrido. En este entorno, se convierte en una actividad crítica y prácticamente indispensable el poder obtener financiación privada. La financiación privada para la investigación requiere una planificación a largo plazo, en el marco de planes estratégicos de 3 o más años. Se trata de un proceso largo y sólido que consiste entre otras, en la construcción paso a paso de la colaboración con las empresas a partir de servicios tecnológicos o la realización de investigaciones conjuntas, con el objetivo final de poder lograr partenariados, licencias y creación de empresas spin off con inversión privada.